TU PASADO NO DEFINE TU DESTINO
Todos tenemos una historia.
Algunos con capítulos oscuros, llenos de errores, fracasos, heridas y culpas. Otros con recuerdos que pesan como cadenas.
Y por alguna razón, pensamos que nuestro pasado es una sentencia. Que lo que hicimos, lo que sufrimos o lo que dejamos de hacer nos condena para siempre.
Pero aquí está la verdad: tu pasado no determina quién eres, ni mucho menos quién puedes llegar a ser.
El pasado es una lección, no una prisión
El pasado solo tiene el poder que tú decides darle.
Puedes convertirlo en una cadena que te detenga, o en un maestro que te enseñe.
Cada error es experiencia. Cada herida es sabiduría. Cada tropiezo es señal de que estabas intentando avanzar.
El pasado explica de dónde vienes, pero no dicta hacia dónde vas.
No eres tu versión anterior
No eres el error que cometiste.
No eres el fracaso que sufriste.
No eres el dolor que viviste.
Eres la persona que aprendió de todo eso.
Eres la versión que sobrevivió.
Eres la fuerza que sigue en pie.
Historias que lo prueban
Hay miles de ejemplos en el mundo de personas que tuvieron pasados difíciles, pero que decidieron no quedarse ahí:
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Personas que crecieron en pobreza extrema y hoy inspiran con su éxito.
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Personas que cayeron en adicciones y hoy ayudan a otros a salir.
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Personas que fueron rechazadas una y otra vez, y hoy brillan en el escenario que siempre soñaron.
Ellos no dejaron que su pasado definiera su destino. Y tú tampoco tienes por qué hacerlo.
Tú escribes los próximos capítulos
Imagina que tu vida es un libro.
Tu pasado son los capítulos ya escritos: no puedes borrarlos. Pero sí puedes escribir los siguientes con una pluma nueva.
Lo hermoso es que tú tienes el poder de decidir cómo termina la historia.
Conclusión
El pasado es un lugar para aprender, no para vivir.
El futuro es un espacio para crear, no para temer.
Así que no cargues más con lo que ya pasó.
No eres lo que fuiste.
Eres lo que decides ser a partir de ahora.
Tu pasado no define tu destino. Tu presente sí.
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